C3investiga-001/17
Solemos suponer que los miembros de una familia tienen características físicas parecidas (fenotipos) y que éstas se deben a los genes: como ser de complexión delgada o de estatura alta. Sin embargo, diversos estudios han mostrado que hay ciertos rasgos que parecen no depender de los genes sino de los múltiples microorganismos que viven con nosotros y que conocemos de manera familiar como la flora intestinal o microbiota.
Revisando una extensa evidencia, y haciendo un análisis teórico, científicos del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3), del Instituto de Ciencias Nucleares y del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM concluyen, en un artículo presentado en la revista científica Frontiers in Genetics el pasado 13 de junio, que para comprender la heredabilidad de los fenotipos humanos no sólo deben estudiarse los genes, sino también incluir en el análisis al microbioma humano.
http://journal.frontiersin.org/article/10.3389/fgene.2017.00080/full
THE HUMAN MICROBIOME AND THE MISSING HERITABILITY PROBLEM.
Santiago Sandoval-Motta, Maximino Aldana, Esperanza Martínez-Romero, Alejandro Frank.
Front Genet. (2017) Jun 13 8: 80. doi: 10.3389/fgene.2017.00080
Hace 30 años, para estudiar la influencia que tienen los genes en muchos fenotipos humanos, los científicos utilizaban a parientes cercanos: hermanos o gemelos.
En ese tiempo no existía la tecnología para calcular el porcentaje de heredabilidad entre cualesquiera dos personas pero los investigadores podían suponer que los parientes compartían cierto porcentaje de genes. Por ejemplo, que dos hermanos (no gemelos idénticos) compartirían el 50% de sus genes y los gemelos idénticos el 100%.
A partir de estas suposiciones, los investigadores medían la influencia que tienen ciertos genes en la presencia de un fenotipo (los ojos azules o los pies grandes) dado que estas personas presentaban, en teoría, cierta cantidad idéntica de genes.
Con el desarrollo de nuevas técnicas moleculares ahora es posible cuantificar las diferencias entre personas no relacionadas. Sin embargo al analizar estas variaciones con métodos establecidos como el GWAS (estudio de asociación del genoma completo por sus siglas en inglés), los científicos se encontraron con una paradoja: el porcentaje por el cual un fenotipo se hereda resultaba menor a lo observado en los estudios con familiares. A esta discrepancia, los científicos la denominaron “el problema de la heredabilidad perdida”.
En el artículo publicado por los científicos universitarios, los investigadores concluyen que la microbiota podría explicar estas diferencias. “Lo que nosotros estamos proponiendo en este estudio es incluir a la microbiota como un componente genético variable de los humanos, y de muchas otras especies, que podrían estar influenciando este cálculo. Es decir es una parte importante genética de nuestro organismo que no está siendo tomada en cuenta en estos estudios conocidos como GWAS”, dijo en entrevista con UNAM global el doctor Santiago Sandoval, autor principal del estudio.
En la publicación de Sandoval y colaboradores, se propone un formalismo matemático para integrar la variación genética debida al microbioma (MWAS) a los estudios empleando los GWAS. Un paso importante para verificar esta propuesta es utilizarla para estudiar la heredabilidad genética en análisis experimentales.
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