Mientras que el capitalismo obliga a los individuos a valerse por sí mismos, la democracia implica cuidar a los otros. Así lo declaró Joan Tronto, profesora de ciencias políticas en la Universidad de Minnesota, en su charla "¿Puede la democracia del cuidado salvar nuestro planeta?", como parte del seminario “Cuidados para la vida y el bien común”, que se llevó a cabo virtualmente desde el Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) el 25 de mayo del 2022.
Para Tronto, quien se ha especializado en la ética del cuidado durante más de 25 años, cuidar significa hacer todo lo que está a nuestro alcance para reparar y mantener el mundo de manera que podamos vivir en él de la mejor manera posible.
La autora de “Contra la indiferencia de los privilegiados: ¿Para qué sirve el cuidado?” también considera que el cuidado es un antídoto contra el capitalismo, porque “pone en relieve la mentira de que el mercado es la manera de entender la vida humana (…) El capitalismo construye un patrón de personas que se corresponde a un segmento pequeño de la sociedad y dice que solo tenemos responsabilidad sobre nosotros mismos o, como mucho, sobre la familia”.
Pero Tronto, quien se ha dedicado a explorar qué es el cuidado, quiénes necesitan cuidado, cómo se pueden cuidar las sociedades y quiénes son responsables de hacerlo, considera que el cuidado en los sistemas democráticos va más allá de lo individual; implica ejercer el cuidado colectivo a partir de aplicar cinco fases: 1. Preocuparse de cuidar, 2. Asumir la responsabilidad de cuidar, 3. Realizar la actividad (cuidar), 4. Recibir el cuidado y 5. Cuidar con confianza, solidaridad y responsabilidad.
Frente a la democracia del cuidado, también emergen otros tipos de cuidado claramente antidemocráticos y Tronto dedicó parte de su charla a explicarlos, para que las sociedades sean capaces de identificarlos y evitarlos.
Cuidado de riqueza
El “cuidado de la riqueza” sucede cuando la sociedad valora sobre cualquier otra persona a quienes generan riqueza. Son ellos los miembros más valiosos, valorados y protegidos de la sociedad.
El cuidado de la riqueza implica cuidar e incrementar la riqueza de las personas importantes en el mundo, quienes, a través de sus acciones, logran abonar capital para hacer crecer a una sociedad y también al Estado, a través del pago de impuestos, por ejemplo.
Un dato del World Inequality Report 2022, señaló que, en México, durante el 2021, el 10% de la población poseía el 78% de la riqueza total de los hogares. Mientras que la mitad más pobre de la población tiene números negativos desde hace muchos años.
Esto se puede explicar, precisamente, con el cuidado de la riqueza. Primero, porque la riqueza se hereda. Cuando hay mucho dinero, éste pasa a un heredero. Pero no solo la riqueza pasa de generación en generación, también trasciende el deseo constante de tener más riqueza, un deseo que es profundamente familiar y patriarcal.
“El rol del papel del cuidado es un lugar para generar riqueza y la manera en que se genera es hacer las cosas más productivas. Los trabajadores del cuidado siempre son explotados y dado que el cuidado es caro, tiene que ser limitado, privado y se tiene que explotar lo más que se pueda. Entonces, la lógica del cuidado de la riqueza va en contra de todo el cuidado de las personas”, enunció Tronto.
Cuidado de la protección
El segundo tipo de cuidado que va en contra de lo democrático es el de la “protección”. En este se distinguen dos personajes fundamentales que son: el protector y el protegido. Cuando alguien actúa de manera agresiva frente al otro es porque está protegiendo a su gente. La protección es intrínsicamente indiferente, ya que divide al mundo entre los que valen la pena y los que no.
“El Estado degrada a los miembros de una democracia a ser dependientes y cuando los líderes difunden el miedo y la promesa de mantenernos seguros, los gobernantes crean fantasías y deseos infantiles. Somos seres vulnerables y, finalmente, preferimos estar seguros por un ser superior en el poder que pudiera amenazarnos”, explicó Tronto.
Para Tronto, identificar el cuidado de la riqueza es útil en una sociedad porque nos hace mucho más conscientes de la desigualdad económica y la explotación de recursos exclusivamente para generar ganancias económicas, y también de la posibilidad de distribuir los recursos de forma equitativa para que nadie quede en peligro de una pérdida devastadora.
De la misma forma, el entender las características del cuidado de la protección, sirve para visibilizar a las personas que sobreprotegen y las que subprotegen; también sirve para evitar la promoción de la violencia como una justificación de protección.
Tronto recalcó que la democracia del cuidado no es lograr un equilibrio entre intereses opuestos, sino asignar responsabilidades para vivir mejor. Agregó que el cuidado se facilita entre más se hace. Ni el cuidado de riqueza ni de protección sirve a nuestros intereses o al bienestar del planeta, por lo que será necesario recolocar estas ideas en el cuidado” dijo.
“En términos generales, se debe hacer todo lo que se pueda para generar un cambio y saber cuidar. Se debe ser humilde con las personas y el entorno que te rodea”, finalizó.
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