La investigadora del Instituto de Energías Renovables y coordinadora de Comunicación del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3), Julia Tagüeña Parga, recibió hoy el nombramiento de investigadora emérita de la UNAM, en una ceremonia donde se celebró la labor docente y académica de miembros de la comunidad universitaria.
En el evento, con motivo del Día del Maestro, el rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas entregó el Reconocimiento al Mérito Académico a 179 universitarios que cumplieron 50 años de labor en la UNAM, entre los que destacan Alejandro Frank Hoeflich, ex coordinador general del C3, y Humberto Carrillo, investigador asociado al C3.
El rector de la UNAM destacó en el evento la importancia de reconocer a los maestros y las maestras del país. “No sólo reconocemos el valor social y humano de la profesión docente sino que también celebramos el compromiso, la dedicación y la pasión que aportan diariamente a nuestra misión institucional”, dijo el rector Lomelí Vanegas.
“Creemos en la educación pública y autónoma para comprender y cambiar el mundo. Ustedes, maestros y maestras, son protagonistas de esta transformación (...) ustedes están ayudando a sembrar las semillas del futuro de nuestro país”, agregó. Y enfatizó la necesidad de fortalecer la relación entre la Universidad y la ciudadanía
La investigadora Julia Tagüeña recibió el emeritazgo debido a su larga trayectoria en la investigación en temas relacionados de energías renovables, la divulgación de la ciencia, la docencia, la igualdad y equidad de género en la ciencia, así como su papel como directora y gestora en distintas instituciones a favor de garantizar a la población el derecho a la ciencia.
Otros cinco académicos de reconocida trayectoria, también fueron distinguidos con el emeritazgo: Deborah Dultzin Kessler, del Instituto de Astronomía; Carlos Federico Arias Ortiz, del Instituto de Biotecnología; Mario Humberto Ruz Sosa, del Instituto de Investigaciones Filológicas; Arturo Alejandro Menchaca Rocha, del Instituto de Física; y Judit Ester Bokser Misses-Liwerant, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS).
A nombre de los seis investigadores e investigadoras eméritas, Tagüeña agradeció a la UNAM por ser un espacio inclusivo, abierto a la variedad étnica, disciplinar, cultural, ideológica, y de género. Y destacó la importancia de la ciencia, de las mujeres científicas, la ética y la importancia de la comunicación de la ciencia.
“Hay una lista de mujeres notables que abrieron el camino para que yo pueda estar hoy aquí frente a ustedes. Mucho se ha avanzado en la igualdad de género. La UNAM muestra esa voluntad a través de la Coordinación para la Igualdad de Género. Sin embargo, es fundamental reconocer que todavía queda mucho por hacer. La perspectiva de género debe de normar nuestras actividades”, reconoció.
Para la académica, quien ha combinado desde hace décadas su pasión por la física, la investigación y la divulgación científica, la ciencia -las naturales, exactas, de la vida, de la salud, sociales, humanas, todas unidas en la complejidad-, también incluye a la comunicación de la ciencia, “a la que sin duda debe darse un papel equivalente al de la investigación y la docencia”, aseguró.
También afirmó que la ciencia necesita de la ética para tener un impacto social adecuado. “La investigación tiene principios de responsabilidad. Entre ellos, nunca inventar datos o copiar textos sin reconocimientos, nunca plagiar artículos o tesis. Tratar con respeto a las y los estudiantes, y a las y los colegas. Estos principios se deben hacer valer – y el argumento de que algunas prácticas eran comunes en el pasado, lejos de justificarlas, hace imperativo que redoblemos esfuerzos para dejarlas atrás”.
La investigadora concluyó que la UNAM es un ejemplo de respeto, tolerancia, igualdad, inclusión y movilidad social para el país. “Es un espacio de esperanza (...) Sigamos siendo ese espacio de esperanza”.
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