Con la participación de representantes de universidades públicas y privadas, se llevó a cabo el pasado 10 de abril el diálogo universitario: Cuidados en la Educación Media Superior y Superior, en el Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México, con el fin de proponer una alianza trans-universitaria para que la perspectiva de cuidados permee en las instituciones educativas.
En este encuentro, participó la investigadora Estela Roselló Soberón, del Instituto de Investigaciones Históricas y del Centro de Ciencias de la Complejidad, C3, ambos de la Universidad Nacional Autónoma de México, así como Friné Salguero, directora del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB) y Gabriela de la Cruz, investigadora titular del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE), UNAM, además de Napoleón Estrada Serrano, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).
Para Roselló, quien lleva más de dos años impulsando el Seminario de Cuidados para la Vida y el Bien Común en el C3, todas las universidades del país deben empezar a reflexionar sobre la importancia de los cuidados.
“Es importante que como universidades nos aliemos, para que podamos establecer diálogos y compartir las preocupaciones que está viviendo nuestra población de adolescentes y jóvenes, que son poblaciones vulnerables en nuestro país y en el mundo, y que están necesitadas y ávidas de que alguien vuelva a verlas, no como otredad o peligrosa, sino como seres dignos de ser cuidados y también como personas muy capaces de cuidar”, dijo la investigadora.
Al día de hoy, el proyecto de Roselló ha atraído las miradas de universidades como la UACM, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, otras emergentes como la Universidad Rosario Castellanos, la Universidad de la Salud y organizaciones como la Distrito de Innovación Tlalpan e INMUJERES.
Y añadió que es necesario generar una alianza con el fin de “construir servicios para la comunidad universitaria e implementar acciones que fomenten esta nueva cultura dentro de las universidades”.
Moderadas por la científica social, Almudena Ocejo, líder del eje Comunidad, Cultura e Impacto Social del Distrito de Innovación Tlalpan (DiT), una iniciativa iniciativa coordinada por el Tecnológico de Monterrey y diseñada para unir esfuerzos hacia la sostenibilidad y la innovación, las oradoras hablaron de cómo la pandemia de SARS-CoV-2 develó carencias dentro del tejido social y la salud psicoemocional de muchos grupos, entre ellos el estudiantil, por lo que las instituciones educativas deben ser más conscientes y responsables de su cuidado.
“Gran parte de los problemas relacionados con la desafiliación, la reprobación, la repitencia y el abandono escolar en la educación media superior están relacionados con procesos educativos carentes de cuidados”, dijo Gabriela de la Cruz, quien ha trabajado en ello en los últimos años desde el IISUE.
Por su parte, Friné Salguero habló sobre cómo el modelo de producción global actual, ligado a una cultura consumista e individualista, nos sitúa en una “policrisis” (crisis ambiental, de cuidados, migratoria, de género).
“Hemos absorbido y estamos funcionando en un sistema que es superior a nosotros, que nos pone todo el tiempo a competir y a producir para la acumulación de capital de muy pocas personas”. Por eso, hay que desapegarse del fomento a la excelencia individual en las instituciones educativas, “dejar de hablar de cómo te vuelves millonario, cómo tienes el mejor trabajo, cómo te vuelves el más capaz” y centrarse en “cómo vamos a colaborar”.
“El capital no es lo que nos va a salvar ante esta policrisis que vivimos”, dijo Salguero. Y añadió que lo más importante de la agenda de cuidados es la propuesta de generar un nuevo pacto civilizatorio que reconozca las brechas sociales y las interdependencias entre las personas.
El proyecto del C3
En su participación, Estela Roselló habló del Seminario en el C3, que tiene el propósito de redefinir, repensar y hacer relevantes los cuidados que tenemos como sociedad mexicana y contagiar esta idea de responsabilidad social a otras universidades.
“Durante la pandemia los estudiantes estaban desconcertados, todos estábamos desconcertados y ávidos de construir comunidad de otra forma, de alguna manera una prueba muy grande fue construir una comunidad en un contexto a distancia”, dijo Roselló.
Este proyecto, dijo, comenzó con un grupo interdisciplinario que empezó a discutir “de qué se trata cuidar, quién debe de cuidar, qué es lo que se debe cuidar, quién ha dejado de cuidar a quién, no solo las personas personas, sino también al medio ambiente, y cuáles han sido las consecuencias de este abandono”.
El grupo aborda el tema del cuidado desde tres vertientes: el cuidado de salud psicoemocional, el cuidado del medioambiente y el cuidado de la paz y la dignidad humana, que intrínsecamente se relaciona con el tema de la igualdad de género.
La meta del proyecto “Cuidados para la Vida y el Bien Común” se plantea, además, construir conocimiento metodológico, teórico y transdisciplinar para poder construir nuevos conceptos que ayuden a pensar el cuidado como una realidad y una forma de estar en el mundo.
“Como proyecto educativo, estamos convencidas de que la UNAM tiene que realizar un esfuerzo por brindar una nueva perspectiva en cuidados, en busca de una transformación ética y una nueva forma de vincularnos comunitariamente en nuestros espacios cotidianos”, afirmó Roselló.
Implementar acciones en las universidades
Como parte del diálogo, las participantes hablaron de las acciones de cuidados que las universidades, tanto públicas como privadas, pueden llevar a cabo.
Estrada Serrano compartió que en la UACM el tema del cuidado ha sido fundamental para la cimentación de esta institución, ya que gran parte de los planteles están pensados en zonas vulnerables. Uno de los objetivos ha sido que “vean a la universidad como un espacio donde se sientan seguras y sientan que aquí nos cuidamos todos”. En los últimos meses, han preparado ciclos de conferencias que aluden al tema de los cuidados, en términos de política pública, movilidad, perspectiva de género y el cuidado desde la academia.
Para Roselló, el hablar de cuidados también implica “desarrollar políticas públicas adecuadas, para brindar mejores servicios, reconstruir los tejidos comunitarios, brindar salud psicoemocional, revisar el cuidado del medioambiente y pensar otras formas de construir paz. Es decir, volvernos personas dignas para contribuir en la construcción de una sociedad libre de violencia”, aseguró Roselló.
Una de las rutas para lograrlo es generar datos, a través de encuestas y entrevistas que permitan tener un primer diagnóstico sobre la situación de los cuidados dentro de las comunidades escolares. Y usar esos datos para elaborar planes de estudio, materias, acciones y políticas adecuadas para cada contexto educativo.
"Hablar de cuidados es siempre hablar de un contexto particular, no se puede hablar de cuidados en lo abstracto porque si no, no estamos hablando de nada", dijo Roselló.
“El cuidado es hablar de compasión, de esperanza, de ayuda, que son ideas que nuestro mundo competitivo ha descalificado (...) Una de las formas de reconstruir esa esperanza entre los jóvenes, los adolescentes y esas poblaciones vulnerables, es discutir cómo podemos cuidarnos entre todos, auto cuidarnos y así cuidar a los demás”, concluyó.
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