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Tiempo y complejidad: una nueva forma de entender el arte

El C3 y MUSLAB organizaron un seminario interdisciplinario para explorar cómo se manifiesta el discurso temporal del arte.

   Elena Sánchez Ascencio y Miguel Ramírez Fuentes
   27 de febrero de 2025

Una melodía puede captar más de mil sentidos, recuerdos y experiencias para quien la escucha, pero para ello tiene que hacer uso de la narrativa temporal, desde la duración de las notas musicales hasta la percepción del sonido en el espacio.

Para explorar la diversidad y las manifestaciones del tiempo en el arte sonoro, se llevó a cabo el seminario Nuevas formas de articulación del discurso temporal del arte que organiza la Muestra Internacional de Música Electroacústica (MUSLAB) junto con se llevó a cabo en el Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) de la UNAM, en el que participaron 14 especialistas de México, Argentina, Alemania, Grecia, Portugal y Francia.

Algunos de ellos fueron Adolfo Núñez, de la Universidad Autónoma de Madrid, España; Edmar Soria, Ana Lara Zavala y Octavio Moctezuma, todos de la UNAM, México; Joao Pedro Oliveira, de la Universidad de Santa Bárbara, California, Estados Unidos; Néstor Ciravolo, del Consejo Superior de Educación Católica, Argentina; y Milo Támez, artista independiente de México

Además, estuvieron: Diego Villaseñor, artista independiente de México; Manuel López López, de la Universidad de París, Francia; Hans Tutschku, de la Universidad de Harvard, Estados Unidos; Phivos Angelos Kolias, artista independiente de Grecia; y Panayiotis Kokoras, de la Universidad del Norte de Texas, Estados Unidos.

El objetivo del seminario fue explorar la narrativa temporal del arte con un enfoque multidisciplinario, y con especialistas enfocados en el campo sonoro en distintas expresiones artísticas como las artes plásticas, la danza, el cine y la literatura. El seminario fue curado por Manolo Cocho, coordinador de Arte y Complejidad del C3, así como Pedro Castillo Lara, es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte FONCA/CONACULTA y director general de MUSLAB.

A lo largo de las 14 sesiones, y a diferencia de los aparatos de audio como los estéreos, que sólo abordan cuatro: frente, detrás, izquierda y derecha, en el C3 se utilizaron ocho canales de escucha, algo conocido como dispositivo octofónico, el cual permite percibir al oyente sonidos desde ocho puntos diferentes (frente izquierda arriba-abajo, derecha al frente arriba-abajo y lo mismo atrás). Esto crea una experiencia inmersiva y envolvente en la que el sonido se adapta al oído humano.

Sonidos complejos

Para varios de los ponentes, es pertinente hablar de la complejidad en el sonido, no sólo por su estructura y objetivo según las distintas manifestaciones artísticas, sino por la percepción que puede generar en el oyente.

“Cuando el tiempo se fragmenta en miles de partículas independientes, el tiempo ya no se percibe en horas o minutos, son miles de partículas que están cohabitando simultáneamente. Este sonido compuesto por infinidad de partículas es lo que constituye al sonido complejo”, dijo José Manuel López López, compositor español de música contemporánea de la Universidad y Conservatorio de París, quien ofreció una de las charlas del Seminario.

Para López López, quien explora la temporalidad de las notas musicales y lo relaciona con la relatividad y la física cuántica, es interesante trabajar con los componentes temporales de la nota y explorar la construcción de sonidos complejos compuestos por partes mínimas de una nota.

Con el fin de mostrar esta complejidad sonora, el compositor expuso algunas de sus creaciones constituidas por percusiones, cuerdas, violines y piano solista, entre otras, en una serie de texturas complejas y temporales que se combinan simultáneamente.

José Manuel López López ha trabajado las cuestiones temporales en profundidad. “En este viaje temporal he analizado como la polifonía, las diferentes pulsaciones temporales de una obra, funcionan y evolucionan”.

Por su parte, Hans Tutschku, profesor de música de la Universidad de Harvard, habló del rol que puede jugar la inteligencia artificial en la electroacústica, específicamente, en la relación de la música con el tiempo, una oportunidad de contar una historia y expresar emociones.

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A través de la Inteligencia Artificial (IA), Hans Tutschku explora una forma diferente de componer música.

A través de la IA, Tutschku ha improvisado y conseguido desarrollar nuevas melodías mediante el análisis del sonido y reconocer los patrones que hay en el mismo. Por ejemplo, él ha conectado dos pianos a una computadora para que, mediante un programa, el pianista logre replicar la melodía en ambos pianos al mismo tiempo.

Para Tutschku, la IA es una herramienta que puede volver el sonido más complejo o para resaltar cierto efecto, pero no sustituye lo que puede hacer la persona creadora: la imaginación y el poder para provocar emociones.

“Hay un contexto musical, no solo es la alteración entre sonido y no sonido (...) “En mi flujo de trabajo, lo que me interesa es que la tecnología se convierta en un instrumento, que se convierta en algo que yo pueda operar”, concluyó.

Experiencia sonora en interacción con el oyente

Para el curador del seminario, Pedro Castillo Lara, el seminario fue una oportunidad para mostrar las distintas formas temporales y artísticas en las que el sonido puede manifestarse y, a su vez, permitió explorar las distintas percepciones e interpretaciones que los seres humanos pueden tener al escucharlo.

En sus propias piezas, Castillo Lara utiliza y juega con el sonido para que quien lo escucha perciba características espaciales como la localización, el volumen o la dirección. Por ejemplo, él crea con el sonido una sensación de caída libre que se pueda sentir físicamente, o engaña a la percepción sobre si el espacio es grande o pequeño, o si el sonido se mueve y se va al infinito.

En su charla, que fue la sesión de cierre del Seminario, Castillo definió el espacio sonoro como un espacio sensible que cambia conforme las personas lo transitan. Los espacios sensibles interactúan con sus usuarios y pueden adaptarse de acuerdo a la presencia de distintos participantes.

Según Castillo Lara, en el contexto contemporáneo del arte donde la experiencia del usuario es central resulta esencial comprender cómo los espacios sonoros o sensibles impactan en la mecánica de inmersión de las personas de manera que las obras se convierten en espacios dinámicos.

En específico en la composición multicanal (los ocho canales de escucha) en la que se hizo énfasis en este seminario, la música trasciende la audición frontal para convertirse en una experiencia sensorial inmersiva.

“Esta visión es clave para la evolución del arte sonoro al superar la experiencia tradicional del concierto y proponer una experiencia sonora que integra elementos cognitivos en interacción con el oyente”, mencionó el curador del evento.

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