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Jesenske Gadjo Dilo: identidades intensas

   Jessica Gamiño González* y Neith Martínez Sánchez
   29 de octubre de 2018
"Al fotografiarlos a ellos, fotografiaba también mi vida..."
-Edvard Frank,2018

Cuando se habla de gitanos, a menudo la gente los asocia a sus bailes tradicionales y con actividades relacionadas con el esoterismo, como la lectura de las palmas de las manos. Se les suele ver ajenos y lejanos a la cultura del resto de la población. Pero para Edvard Frank, fotógrafo italo-esloveno, los gitanos y los mexicanos tenemos mucho en común.

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Desde el 3 de octubre Frank presenta la muestra fotográfica Jesenske Gadjo Dilo en el Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) como parte de las actividades que organiza el programa de Arte, ciencia y complejidad.

Jesenske es un municipio en Eslovaquia. La palabra Gadjo es usada por la comunidad gitana para designar a aquellos que no pertenecen a la misma y Gadjo Dilo es el título de una película franco rumana de 1997 donde el tema principal son los prejuicios y el racismo. La exposición se encuentra abierta al público.

   Mirando detrás de la lente

Tras viajar a México como observador de Derechos Humanos en la ONU y vivir algunos años en el país, a mediados de los años 90, a Frank le llamó la atención la cercanía cultural que tienen los mexicanos con la tierra por lo que se interesó en saber más sobre la identidad y costumbres de los hombres y mujeres que viven en el campo y las zonas rurales.

En su recorrido, conoció el trabajo de algunos fotógrafos mexicanos. Entre ellos, la obra de Graciela Iturbide, la cual fue de gran inspiración para enfocar su rumbo como fotógrafo en los años subsecuentes, dejando de hacer “fotos como cualquier turista”, según comentó a Manolo Cocho, coordinador del programa de Arte en el C3.

En Jesenske Gadjo Dilo retrata gran parte de la espiritualidad y las costumbres gitanas, inspirándose, entre otras cosas, en la “intensidad” de la cultura mexicana.

   Descubriendo a los rom

En 2006, al regresar a su natal Trieste, Italia, Frank inició un proyecto con enfoque antropológico con el que pretendía conservar la atracción a esa intensidad cultural que percibió en México: el estudio de una familia de gitanos migrantes de origen húngaro. Denominados rom, estos migrantes aunque residen en Trieste conservan asentamientos en su natal Jesenske, Eslovaquia.

Los rom no cuentan con un registro escrito histórico sobre sus orígenes o migración. Algunos estudios lingüísticos y genéticos limitados sugirieron un origen en la India. Nuevas tecnologías para el análisis genético, que permitieron comparar segmentos de DNA de todo el genoma de 13 grupos de rom de toda Europa con el de otras poblaciones, han apoyado esta hipótesis sugiriendo una migración desde el noroeste de la India hace 1,500 años.

Tras su convivencia con la comunidad, Frank descubrió que los gitanos se conforman por distintas minorías étnicas además de los rom: romaníes, sintis, lolarios y zíngaros. Descubrió que los rom sufren de un triple estigma: ser gitanos, pertenecer a la minoría étnica de los rom en Italia y ser de origen húngaro.

   Cultura solidaria

Con su proyecto, Frank se sumergió totalmente en la cultura de los rom, dedicándose a compartir con ellos largos periodos lo que le permitió participar de sus reuniones familiares y actividades cotidianas. El fotógrafo dijo a Cocho que esa comunidad se convirtió en su familia: “era mi manera de escapar del mundo real, cuando estaba allá (con los rom) era como tener una segunda vida y ser muy yo”.

A través de la convivencia, Frank logró ganarse la confianza de los rom, tradicionalmente una comunidad muy hermética. De esta forma logró hacer retratos de sus celebraciones y sus ritos cotidianos, conformando el archivo fotográfico del cual resulta la muestra que se presenta en el C3.

En su conversación con Cocho, Frank destacó que además de su espiritualidad, los rom también son una comunidad muy solidaria: “viven varias familias juntas, y se ayudan entre ellos (...) allá no hay tantos casos de depresión porque nadie puede esconder nada, todo sale afuera y se resuelve rápido”.

   Sobre la muestra

En las fotografías, se puede identificar, como parte del discurso, que la identidad es un factor influyente en el sentimiento de pertenencia a un grupo y que compartir los mismos elementos culturales ayuda a unificar los vínculos entre los miembros de la comunidad. Lo cual, ayuda a que la comunidad gitana prevalezca en la complejidad del sistema social en el que se encuentran inmersos y a pesar de sus cambios en la vida moderna. Del mismo modo que sucede con algunas comunidades originarias que aún prevalecen en México.

Manolo Cocho, artista visual miembro del C3, comentó en entrevista que se interesó en traer la obra de Frank a México hace varios años, cuando junto a otros fotógrafos pertenecientes al grupo Photoimago realizaron el proyecto 7 x 8R. “Definitivamente la obra que más me gustó fue la de Edvard por la calidad estética de sus imágenes y por su profundo y sólido compromiso social”. De ahí decidió viajar a Trieste para empezar a planear la presentación de la muestra.

Cocho aseguró que Jesenske Gadjo Dilo es una muestra de que la fotografía es “un medio legítimo para abordar temas de la realidad que acontece”. Al presentarse en el C3, la muestra fotográfica representa el dinamismo y la diversidad de la complejidad social pues “la existencia de sectores marginales y de minorías étnicas es una muestra irrevocable de que la sociedad es más compleja de lo que aparenta ser”.

Cada una de las fotografías que componen la muestra representa, como lo menciona Frank, un símbolo de la comunidad rom: de su organización social, su estructura familiar, sus creencias y sus ritos. Mismos que tienen, de acuerdo a ambos artistas, gran cercanía a las minorías étnicas en México.

La muestra fotográfica Jesenske Gadjo Dilo puede visitarse de lunes a viernes en horario de oficina. La entrada es libre.

*Becaria del Programa UNAM-DGAPA-PAPIME PE308217

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