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El contenido de nuestros sueños

   Felipe Jiménez Rodríguez
   8 de febrero de 2019

El pasado 24 de enero, Zeidy Muñoz Torres, investigadora del departamento de Psicología y Neurociencias de la Facultad Psicología de la UNAM, impartió la ponencia titulada Dinámica neuronal córtico-límbica durante el sueño en humanos. Esto durante el ciclo de conferencias “De sinapsis, ensambles y sistemas dinámicos” organizado por el Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) y la Facultad de Psicología de la UNAM.

Durante la conferencia Muñoz Torres, doctora en Ciencias Biomédicas por la UNAM, expuso los resultados de su investigación sobre la relación entre el sueño, las emociones y un grupo de estructuras internas del cerebro conocidas como sistema límbico y que incluyen al hipocampo, el tálamo y la amígdala cerebral, entre otros.

Muñoz-Torres y su equipo encontraron que, a diferencia de lo que se creía, la amígdala no presenta un comportamiento muy diferente durante el sueño MOR del que se puede observar en humanos despiertos. “Se esperaba mayor actividad amigdalina durante el sueño MOR, ya que es cuando se experimentan las ensoñaciones más vívidas, lo que podría explicar el componente emocional de los sueños”, explicó via correo electrónico.

Los resultados de esta investigación se publicaron en la revista Clinical Neurophysiology en 2018, donde los autores destacan que es la primera vez que se describe la dinámica de la actividad eléctrica de la amígdala durante el sueño y la vigilia.

Alejandra Ruiz Contreras, especialista en neurociencias de la conducta, quién no participó en el estudio, comentó en entrevista que este tipo de investigaciones podrían desembocar en tratamientos novedosos para trastornos de sueño o de emociones, “podría ayudar a implementar algún programa o alguna intervención para modificar nuestro sueño o nuestra vigilia”.

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   Sueño y emociones

Durante la conferencia que presentó en el C3, Muñoz Torres explicó que a través de electroencefalografía─técnica que utiliza sensores para medir la actividad eléctrica de las neuronas— se ha observado que el sueño tiene varias etapas y que esas etapas se expresan como diferentes frecuencias en las oscilaciones de la actividad de las neuronas.

Se pueden distinguir dos grandes fases del sueño, la etapa de movimientos oculares rápidos (MOR), en la que aparecen principalmente las ensoñaciones que recordamos al despertar. Y la etapa donde no se presentan los movimientos oculares rápidos (NO MOR), explicó Muñoz Torres.

A través de estudios con resonancias magnéticas o de neuroimagen se encontró la activación de estructuras del sistema límbico durante el sueño MOR, además cuando hay privación de sueño MOR hay una mayor activación de la amígdala y las personas tienden a reaccionar más impulsivamente, comentó Muñoz Torres a los asistentes a la conferencia.

Sin embargo, dijo la investigadora en entrevita, “vemos que [la actividad eléctrica] no se está incrementado más en el sueño MOR que en la vigilia, lo que habría explicado el componente emocional de las ensoñaciones”.

En el artículo de Clinical Neurophysiology los autores agregan: “Teniendo en cuenta toda la investigación centrada en las relaciones bidireccionales entre el sueño y la emoción, es de suma importancia establecer los patrones de la amígdala en los diferentes estados cerebrales”.

   Un lugar olvidado en el cerebro

Muñoz Torres explicó durante su conferencia que la amígdala participa en la codificación y modulación de estímulos emocionales, además de ser una estructura altamente conectada con otras regiones cerebrales.

Sin embargo, “ésta ha sido una estructura olvidada en los humanos, hay muy poca información sobre todo porque se encuentra [localizada] profundamente en los lóbulos temporales, por lo que acceder a medir su actividad es difícil”, dijo la neurocientifica en entrevista.

La amígdala ha sido estudiada de formas indirectas con técnicas de neuroimagen (tomografía de emisión de positrones, resonancia magnética funcional, etc.). “El problema es que no son muy buenas en la resolución en el tiempo, es decir, los cambios muy rápidos no pueden ser medidos”, explicó Muñoz Torres.

Con las técnicas de neuroimagen no se puede saber con precisión si las neuronas son lo que se activa, “sobre todo sabemos que el cerebro no es solamente que se active o se inactive, sino que presenta toda la gama de oscilaciones, ese es el lenguaje de las neuronas, es completamente diferente que oscilen lento o rápido” apuntó la psicóloga.

   Viaje al fondo del cerebro

Existen personas con epilepsia refractaria al tratamiento con fármacos, es decir, la medicinas que los doctores prescriben no dan buenos resultados. Este tipo de pacientes son candidatos a neurocirugía para extraer o inhabilitar la parte del cerebro que está comportándose anómalamente.

Sin embargo, para estar seguros de qué parte del cerebro operar, los neurocirujanos deben saber cuál es el foco de este comportamiento anómalo. Para ello, se introducen electrodos dentro del cerebro que llegan a los lóbulos temporales ─partes del cerebro que podemos ubicar a la altura de nuestro oídos─ y así poder registrar la actividad eléctrica y encontrar la región del cerebro donde surgen las crisis epilépticas, explicó Muñoz en entrevista. Esta condición, abre una oportunidad única para los investigadores.

En colaboración con la clínica de epilepsia de la Unidad de Neurocirugía Funcional, Estereotaxia y Radiocirugía del Hospital General de México, Muñoz Torres y su equipo pudieron analizar las señales obtenidas de personas candidatas a neurocirugía, lo que les permitió observar la actividad eléctrica de la amígdala durante toda una noche de sueño.

   El contenido de nuestros sueños

Las señales de los electrodos dentro del cerebro, parecidas a las mediciones de un sismógrafo, se procesaron con herramientas matemáticas como el análisis de potencia espectral y también la transformada de Hilbert.

Se esperaba que la amígdala tuvieran un comportamiento similar a lo reportado con neuroimagen, sin embargo “observamos que esta estructura presenta oscilaciones lentas en el sueño NO MOR”, comentó Muñoz Torres. Actividad que ha sido relacionada con procesos de consolidación de información. Este descubrimiento inesperado, “sugiere que durante el sueño NO MOR se podría llevar a cabo un proceso dinámico que ayude a almacenar la información emocional que se experimentó previamente”.

Ruiz Contreras, investigadora de la Facultad de Psicología, considera que “llegar a la amígdala ya hace al estudio muy impactante, no es una observación en animales sino directamente en los humanos”.

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