“¡No sé qué va pasar!” expresó la violinista Adriana Santiago minutos antes de comenzar el concierto en compañía de la violonchelista Maricarmen Graue Huesca. Intrigantes vibraciones impulsadas por estos instrumentos de cuerda frotada llenaron los espacios del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) de la UNAM, el pasado 26 de septiembre durante el ciclo de conciertos Jueves de Música: Gradiente Musical
Diálogo con el público
“Estas son piezas de improvisación libre, que se van construyendo al momento” comentó Graue durante el encuentro, dónde la
creatividad de ambas fluyó de manera sinérgica, ya que para ellas, ésta experimentación sonora es parecida a tener una conversación casual. “Lo que se trabaja en la improvisación es la confianza que tienes en la otra persona, de eso depende toda la libertad que vas a poder expresar… es reconocer el lenguaje del otro, y ver cómo te integras con ese otro lenguaje para lograr uno en común” expresó más tarde Adriana Santiago en entrevista.
A la par de la improvisación Santiago y Graue generaron un diálogo con el público, en el cual los asistentes expresaron su empatía con este estilo y coincidieron con las intérpretes respecto a cómo estas propuestas musicales permiten explotar la creatividad que las estructuras clásicas, mantienen al margen con las partituras, “estas oportunidades de improvisar nos dejan echar a volar por un lado la imaginación o por otro conectarnos desde el oído de otra forma, más primaria e intuitiva, reaccionar a lo que está sucediendo” mencionó Graue al público.
Los espectadores también formaron parte de esta conversación musical, señalaron percibir el diálogo entre las cuerdas y la experiencia sensitiva que este les brindaba “se estaba creando un sonido envolvente que también nos involucra a nosotros como espectadores” opinó un miembro del público.
Presente lúcido
Aun cuando ambas cuentan con muchos paralelos en su formación artística, desde los instrumentos que tocan, vistos como hermanos para Graue, la escuela en la que estudiaron e incluso los maestros que compartieron, no se había presentado la oportunidad de tocar juntas. Aunque esta fue su primer colaboración, Maricarmen Graue no es ajena al C3 y ha cautivado con su música en este mismo espacio en ocasiones anteriores.
Ante la idea de ofrecer un concierto con piezas de improvisación libre en este recinto de investigación, Graue expresa que este estilo musical suena extraño para muchas personas, por ello “se agradece que hayan lugares donde se pueda presentar esto”, mientras que Adriana Santiago resalta la necesidad actual de espacios para presentar propuestas musicales no convencionales.
La empatía en el sonido no es exclusiva de los instrumentos o de la persona con la que tocas, también se logra en la parte corporal, Adriana Santiago nos comenta “Maricarmen y yo trabajamos en otras disciplinas … que vienen de la sensación, el mismo sentimiento se puede decantar en muchas otras disciplinas” por esas vertientes la violinista ha presentado proyectos de videodanza como “Membrana” en la Cuarta Edición del Festival Internacional de Videodanza de la CDMX, y también se dedica a hacer diseño sonoro y live coding. Por su parte Maricarmen Huesca además de sus distintas presentaciones en diferentes Orquestas, también colabora con el Colectivo Ololyga, un grupo de mujeres que al igual que Graue comparten el gusto por la improvisación.
Para Santiago uno de los significados que tiene la improvisación musical es el estar presente “cuando toco con Maricarmen, siento que puedo estar presente con todas mis dudas y con todas mis ideas, y a la vez puedo explorarlas desde una forma en la cual me siento libre”, de ahí el nombre del ensamble.
“La improvisación libre es yo creo que la forma de expresión musical más honesta que existe, es como un espejo de lo que uno está viviendo en el momento” Maricarmen Graue.