Eva Silberknoll

AUSTRIA

Bone dildo, Chocker chicken & Rose live

Sobre la obra:

Los bodegones mostrados parecen estar compuestos de objetos lanzados al azar. Las copas, los huesos, las flores, los zapatos, así como varias fuentes de luz crean una mezcla inquietante de cosas. Los títulos de las obras de arte son Bone Dildo, Chocker Chicken y Rose Live. Estas imágenes están inspiradas en las bodegas vanitas del siglo XVII; tienen una acumulación de bienes profanos y referencias a la inmediatez de la vida en casi todas las naturalezas muertas de esta época.

A través de mi arte quiero mostrar la simultaneidad surrealista de los elementos que nos rodean. Vivimos en un universo lleno de contradicciones, productos y objetos. El consumo está a la orden del día y parece que un flujo global, aparentemente infinito, mantiene todo funcionando. Tengo la impresión de que se se traga todo lo endémico y local. Pero también es frágil e incluso las irregularidades más pequeñas pueden detenerlo, como lo demuestra la gran cantidad de crisis globales.

Combino bienes y objetos con carne o huesos inertes para señalar la fragilidad y la volatilidad. Cuando se mira este universo ambiguo y la forma en la que consumimos, existe la posibilidad de mantener y apoyar tanto aquello que es local como lo endémico. Las nuevas técnicas y medios pueden llevarlos a cualquier parte del mundo y que, al mismo tiempo, sean auténticos. Para mí, los productores regionales son una parte esencial de esta dicotomía. El consumo local en un mundo global ayuda a preservar y expandir las estructuras regionales. Mi naturaleza muerta invita a participar en el análisis crítico de las cosas que nos rodean en la vida cotidiana, muy en consonancia con el espíritu del género vanitas, el cual exige la inmersión del observador.

Biografía:

Nace en 1976 en Austria, donde vive y trabaja hoy en día. En 2010 obtiene el diploma de la Academia de Bellas Artes de Viena. Por medio de su obra, conecta su pasión por la fotografía y los viajes por el mundo, partes importantes de su vida. Con su cámara intenta traducir lo extraordinario en ordinario, hacer que lo que no es único se vuelva especial, favoreciendo con ello la reflexión. Le gusta congelar momentos singulares, conservándolos para las generaciones futuras. Otra gran parte de su obra es la fotografía en escena. A través de la imagen por etapas cuestiona los estereotipos comunes y vincula la vida cotidiana con el surrealismo. Desea que la gente que mire sus fotos exprese “wow”. No importa si se trata de un amigo haciendo burbujas como una niña o un bodegón surrealista sobre fondo negro. Está en la búsqueda de momentos mágicos que inviten a pensar y sonreír.