Gian Carlo Venuto

ITALIA

N 12. N 13. N 30

Sobre la obra:

Gian Carlo Venuto es pintor por excelencia, en el sentido de que el color y el espacio son las matrices paradigmáticas de su trabajo. Su recorrido es largo y variado. En los años 80 desarrolla la experiencia de la cita, traducida con una revisión particular del manierismo. Pasa de las frutas y flores del Mediterráneo, a través de la historia "mágica" de la flauta mozartiana, a la representación de plantas exóticas encontradas durante los numerosos viajes de exploración y conocimiento que hace desde Turquía hasta Australia, y de África a la mística Lituania. Se disuelve en los "Cielos sobre Berlín", identificándose con este título en las sugerencias de la película del mismo nombre de Wim Wenders.

Eso es pintura pura, expresión de libertad irreprimible que coincide con la apertura, la movilidad de los cielos. El tema de Berlín se extiende al firmamento de todo el mundo, y es un tributo infinito a la belleza de la naturaleza, a su transmutación perpetua.

Biografía:

Nace en 1951 en la localidad de Codroipo, Udine, en Italia. Se desempeña como profesor en el Departamento de Decoración de la Academia Brera en Milán, y hoy en día vive y tiene su taller en Gorizzo y Milán. Después de un debut en el clima abstracto-informal y, por lo tanto, conceptual, a principios de los años 80, Venuto sienta la base de un nuevo examen de su bagaje artístico y cultural, orientado hacia una recuperación de los pintores italianos de principios del siglo XVI.

Venuto reaparece con piezas de una sinopia redescubierta e incluida en un tejido pictórico informal (La condena de la mirada, 1983/84), y figuras o frisos que abandonan progresivamente el carácter de la cita y adquieren un valor autónomo (Ángeles de la memoria, frutas italianas, vasos, 1985/1986,), hasta que hace emerger una sinuosa vegetación marcada por metamorfosis incesantes (Die Zauberflöte, Flores negras, 1987/89) que el artista ha reformado recientemente en función del diálogo con los espacios de la Capilla Altan en San Vito al Tagliamento (Palinsesti, 2008) y de Villa Aboca en Sansepolcro (La metamorfosis en el estanque de Tamino, 2011).

En los años noventa, las estancias prolongadas en el extranjero (Escocia, Inglaterra, Australia, Senegal, Hungría, Turquía, Lituania, Alemania, Finlandia, Grecia, España y Portugal) dirigen su pintura hacia la recuperación de una forma plástica (Trees de la Luna, 1992; Blu Turco, 1993; y Estasi Lituana, 1995) destinada a sublimarse en los contornos de muebles de nenúfares o nubes de obras posteriores (Los jardines del alma, 1994/1995; y Los cielos sobre Berlín, 1996/1997).

En los trabajos más recientes, Venuto explora la relación entre la superficie pintada, la percepción física y la transgresión de sus límites como en Cjantadis (grandes aceites, 2005), hasta definir los términos de una inserción más libre en el ambiente de la pintura parietal, como: Paraventi (frescos móviles, 2006), Constelación: (instalación de muros, fresco, mosaico y encáustica, 2008-09); y frescos de ábside en la Iglesia de Marigolda, Curno, Bérgamo (2010), que también caracterizan su amplia intervención en la sección de la LIV Biennale d'Arte de Venecia, establecida en el Almacén 26 del Puerto Viejo, en Trieste.

Del 2013 a la fecha destacan sus participaciones en el Festival Cruzando Fronteras con la obra Alcatraz, y el homenaje a Tina Modotti en Mahahual, Quintana Roo.